En defensa del boicot electoral: el sinsentido del voto para «frenar al fascismo»

09/05/2023

Faltan 19 días para la próxima cita electoral. El 28 de mayo serán elegidos representantes para 8.112 ciudades y pueblos del Estado español. También para los gobiernos autonómicos de la mayoría de Comunidades Autónomas. Como era de esperar, el revisionismo -y todo tipo de oportunistas- defienden a capa y espada la participación en la farsa electoral de la burguesía, ya sea de manera directa presentándose en “candidaturas comunistas” o indirecta, pidiendo el voto “menos malo” para frenar al fascismo y la reacción. Así, vemos como organizaciones ya están en ritmo electoral (¡incluso antes que otros partidos burgueses!).

El PCTE (Partido Comunista de los Trabajadores de España) ya ha presentado candidatura autonómica en Cantabria, donde se presenta a las elecciones para “convertirse en una alternativa para las familias trabajadoras de Cantabria, capaz de convertirlas en protagonistas de un debate político en el que el resto de las formaciones las omiten y solo contribuyen a aumentar su precariedad e inestabilidad”.

El PCE (m-l) (Partido Comunista de España [marxista-leninista]) ha hecho público un posicionamiento político llamando a participar en las elecciones bajo las consignas “¡No a la abstención! ¡Ni un voto a la derecha! ¡Ni un voto al fascismo! ¡Por la organización y unidad de la izquierda y popular, hacia la ruptura!

El PCPE (Partido Comunista de los Pueblos de España) también participa en las elecciones, presentando un programa propio bajo la consigna “Defiende tus derechos, derrotemos al capitalismo”, donde el programa son una mezcla de brindis al Sol que no pueden conseguirse de forma alguna desde las instituciones burguesas.

Otros partidos participaron en el pasado, como el PCOE (Partido Comunista Obrero Español), pero no han hecho público ningún posicionamiento sobre las elecciones -que sepamos-, por lo que esperaremos. Como es lógico, ni si quiera vamos a mencionar los argumentos del grupo que se hace llamar Partido Comunista de España, el viejo partido arrebatado por el revisionismo en los años 50, y que hoy, encabeza Enrique Santiago.

En resumen, podemos definir esta práctica del revisionismo con el siguiente dicho del refranero popular castellano: aunque la mona se vista de seda, mona se queda. O lo que es lo mismo: por mucho que intenten justificarlo, no se puede defender de ninguna manera la participación en las elecciones. La participación en la farsa electoral es:

1) Legitimar al Estado burgués imperialista, a sus instituciones y a sus próximos gestores, concretamente legitimar al próximo líder burgués.

2) Engañar a las masas con falsas promesas de “representar los intereses obreros en el parlamento/ayuntamiento” y generar falsas esperanzas e ilusiones.

3) Alejar a las masas de la revolución, fortaleciendo la idea del cambio a través del voto y legitimando así al Estado, en vez de contribuir a la creciente deslegitimación del Estado y de la lucha contra este.

4) Condenar a los Partidos Comunistas a la ciénaga del parlamentarismo, el revisionismo y la eterna acumulación pacífica de fuerzas hasta “la gran noche” de la insurrección, estrategia que jamás ha funcionado, en ningún país, a lo largo de toda la historia.

Estas organizaciones afirman que no hay cambio posible en el capitalismo, pero participan dentro del engranaje burgués del Estado. Afirman que las elecciones no cambiarán nada, pero se presentan a ellas argumentando dos ideas principales: 1) votar la opción menos mala; 2) hacer propaganda aprovechando las elecciones, utilizándolas como altavoz. Frente a lo segundo, nosotros decimos. ¡Sí, pero en forma de boicot electoral! ¡No legitimando al próximo líder burgués ni creando esperanzas e ilusiones parlamentarias entre las masas. Frente a lo primero, vamos a extendernos mientras realizamos una crítica al PCE (m-l).

El PCE (m-l) abandera la opción de votar lo menos malo. En el comunicado que antes hemos citado, señala:

El Gobierno de coalición, por su naturaleza de clase, no se ha enfrentado en ningún momento a esa “estructura empresarial”, a la banca, al sector energético, a la industria de la alimentación,…, por lo que ha sido incapaz de dar solución a los agudos problemas de la mayoría social. En esencia, este gobierno ha sido un gestor de las cosas del capital, intentando, por la intervención del yermo reformismo, limar los aspectos más agresivos y sangrantes de su ofensiva

En el aspecto general, no tenemos nada que discutir. El PCE (m-l) señala que Unidas Podemos se ha quitado la careta y:

Su actitud y línea políticas han creado frustración y desencanto en quienes confiaron en ellos; desafección política de amplias masas, sectores de las cuales viven una situación desesperada que las puede echar en brazos de la extrema derecha; da munición a ésta; e indispone a la población contra todo lo que sea izquierda. En este contexto, el fascismo, siempre latente (…)se desarrolla, crece y está instalado en prácticamente todas las instituciones del Estado (poder judicial, Congreso, parlamentos, policía, ejército). Junto al PP, van haciéndose fuertes para asaltar el último bastión: el gobierno central. Con ese objetivo preparan las próximas elecciones municipales y autonómicas, y las generales de noviembre.

En esta situación, la abstención en las próximas elecciones es un craso error; no es otra cosa, se quiera ver o no, que dar votos a los peores enemigos del proletariado y los pueblos de España: la reacción y el fascismo; sería fortalecerlos institucional, política y socialmente, y dificultar la labor de lucha, organización y fortalecimiento del movimiento obrero y popular. La clase obrera, los trabajadores, tenemos que votar, y ni un solo voto que salga de nuestras filas debe ir a la derecha y extrema derecha franquistas”

Si tu objetivo es dirigir a las masas hacia la toma del poder político, ¡no tiene sentido alguno lo que defiende el PCE (m-l)!

El gobierno de socialdemócrata no ha hecho más que vender humo y un importante número de masas ya no creen sus mentiras. Además, ha gobernado para la oligarquía financiera y contra el pueblo. Hasta ahí, y en lo general, estamos de acuerdo. Como es de esperar, tras este desgaste del gobierno socialdemócrata, es de esperar que la izquierda parlamentaria tenga menos votos que en las pasadas elecciones.

Y de ahí sacamos la conclusión que… ¡¿La abstención es un error porque fortalece a los peores enemigos de la clase?! Como no queremos un gobierno de ultraderecha, ¿premiamos al gobierno socialdemócrata que ha gobernando para los imperialistas, con un segundo gobierno socialdemócrata que siga gobernando para los imperialistas? ¡No tienen ningún sentido!

No se trata de elegir lo menos malo; esto nunca fue una opción. Hemos expuesto en reiteradas ocasiones que el gobierno de PSOE y Unidas Podemos ha gobernando para los imperialistas, han sido los perfectos gestores del capital financiero – a la multiplicación de ingresos de miles de millones de euros desde 2019 nos remitimos – y no han dudado en reprimir a sangre y fuego a las masas, ya sea en Madrid, Barcelona, Cádiz o en Melilla. Votar lo menos malo nunca fue una opción.

Además, detectamos importantes carencias ideológicas en el posicionamiento del PCE (m-l).

Primero, la tendencia a la fascistización es lo natural en la crisis del imperialismo, en su última fase de descomposición, donde los Estados se militarizan progresivamente cada vez más, y el fascismo es una expresión de esto. No depende de las elecciones, más bien lo contrario: las elecciones, como farsa electoral, expresará esta tendencia a la fascistización.La fascistización del Estado se seguirá desarrollando incluso con un gobierno socialdemócrata. Por tanto, el análisis de que hay que evitar que el fascismo llegue al gobierno central es erróneo, confunde gobierno y Estado. ¿De qué vale que exista un gobierno socialdemócrata si el fascismo se va a seguir desarrollando? El propio PCE (m-l) es incoherente con su posicionamiento, ¡él mismo afirma que se ha desarrollado estos últimos años dentro de los aparatos del Estado! ¿Qué niega que con un próximo gobierno socialdemócrata vaya a seguir haciéndolo? Lo único que sirve tener un segundo gobierno socialdemócrata es para justificar el Estado burgués.

Segundo, lo que realmente dificulta la “labor de lucha, organización y fortalecimiento del movimiento obrero y popular”, en esencia, es una línea política incorrecta de los comunistas, no del gobierno de turno. Por eso los comunistas hacemos dura lucha de dos líneas dentro del Partido para que el Partido sea siempre rojo, siempre tenga la línea roja y no la línea negra. Por eso luchamos duramente por imponer una línea clasista en todos los movimientos de masas. Si hay una línea clasista durante el fascismo, los movimientos de masas lucharán contra él. Si hay una línea burguesa durante un gobierno socialdemócrata, los movimientos de masas proclamarán la paz social. Como vemos, lo que impera en todo momento es la línea política. Lógicamente, no decimos que la llegada de un gobierno fascista y abiertamente terrorista sea sencillo de enfrentar, ni pretendemos banalizarlo. Pero tengamos las cosas claras: el Partido Comunista quiere tomar el poder político con violencia revolucionaria, dirigiendo a las masas contra el Estado. Esto requiere politización, organización, movilización de las masas, prepararlas para ello. También prepararlas para la represión. El Partido es el mayor enemigo de los capitalistas. Esto significa que en algún momento de la lucha de clases, será ilegalizado, duramente perseguido, sus militantes detenidos, torturados o asesinados, y las masas que dirigen sufrirán gran represión. Esto es ley marxista y no podemos engañar a las masas. Por eso la propia militarización del Partido adquiere importancia estratégica, para que el impacto de la represión sufrida sea mínima y para que pueda dirigir la lucha por el poder en esas complejas situaciones.

La represión del Estado contra los comunistas y las masas que dirigen no dependerá si gobiernen los fascistas o no, sino que depende del grado de desarrollo de la lucha revolucionaria. Lógicamente, a mayor desarrollo de las fuerzas de la revolución, con mayor rapidez se producirá la militarización del Estado y su fascistización. ¿¡Entonces qué sentido tiene entonces votar para frenar al fascismo!? Además, ¿acaso no se ha desarticulado el movimiento sindical a gran escala y en muchos movimientos de masas precisamente gobernando un gobierno socialdemócrata? Vemos como incluso a nivel general dentro de los sindicatos mayoritarios, el trabajo político es más complicado que antes de 2019.

Tercero, el posicionamiento muestra cuan alejado está el revisionismo de las masas hondas y profundas. La mayoría de estas masas no votan a la extrema derecha por desilusiones con la izquierda: ¡estas masas no votan! Basta con mirar los resultados electorales de los últimos 20 años discriminando los barrios proletarios, los más golpeados por el paro, la inflación y el precio de la vivienda. En estos barrios la abstención electoral es abrumadora. ¡Incluso a nivel estatal, el partido más votado no es ningún partido, es la abstención! ¿No será mejor politizar a este gran número de masas, millones de masas que no confían en el sistema electoral, que no tienen nada que ganar con las elecciones? ¿No son estos millones de masas una fuente inagotable de rebelión?

Por último, llega el momento de una de las tergiversaciones más banales del Gran Lenin y su libro El izquierdismo, la enfermedad infantil del comunismo. Esta cuestión es ampliamente refutada en el documento La importancia estratégica del boicot electoral, que puede leerse aquí.

En síntesis:

Participar (directa o indirectamente) en las elecciones es legitimar al Estado y al próximo líder burgués.

Votar para frenar al fascismo no tiene sentido. Nos encontramos en la última fase de descomposición del imperialismo, donde los Estados se militarizan y la fascistización es tendencia natural. Además, un mayor peso del fascismo en el parlamento y las instituciones es consecuencia de esta tendencia, y no la causa. Lo contrario es pensar que realmente lo fundamental son las elecciones y se confunde gobierno de turno y Estado.

Los comunistas aprovechamos las elecciones para hacer propaganda, ¡pero con boicot electoral, no participando en ellas!

Artículo enviado por un colaborador

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